viernes, 15 de noviembre de 2013

El proceso coreográfico: Etapas y actitudes

En realidad también voy a referirme a qué es lo que lleva a alguien a subirse a un escenario. Sobretodo en ocasiones en que va a mostrar un trabajo individual. Hay varios puntos de vista sobre esta actitud:

Una de ellas es que uno sube a un escenario para mostrar su humilde trabajo, lo que sabe, exponiéndose a ser juzgado positiva o negativamente.
El antagonista de esta actitud es el ego. Acaparar la atención de un público para decir algo y que te hagan caso.

La humildad puede llevarte a una actitud despreocupada de la opinión ajena, pues uno es consciente de sus fallos y los acepta, con lo que podríamos decir que se trata de alguien seguro de sí mismo.
El ego sin embargo, siempre sale mal parado ante la opinión ajena, pues intenta por todos los medios protegerse de las críticas. Seguro que en el fondo conoce sus fallos, pero cree que es su momento de lucirse y se sentiría halagado de recibir buenas opiniones y elogios. En este caso, la actitud ante las criticas es propia de una persona vulnerable.

¿Pero cómo es que una persona humilde y otra orgullosa puedan ser seguras de sí mismas e inseguras respectivamente? ¿No debería ser al contrario? Alguien seguro de sí mismo debería mostrar orgullo de su propia persona respecto a lo que realiza en un escenario porque está convencido de que tiene un valor, y alguien humilde debería quizás huir de mostrar en público su trabajo porque debería asimilar que tiene fallos, es mejorable y que tampoco es excesivamente relevante contar su historia delante de toda esa gente...

Es un poco contradictorio, cierto. Pero no son actitudes excluyentes, y de hecho se entremezclan en los estados que se atraviesan emocionalmente durante la creación (en este caso voy a referirme a una danza coreografiada).

Durante el proceso creativo se producen varias etapas.

La primera de ellas requiere tomar una decisión, sobre qué canción se va a bailar, si va acorde a lo que uno siente por dentro que quiere contar. Hay que valorar los recursos personales respecto a técnica y variedad de pasos antes de ponerse manos a la obra con algo que pueda superarnos. Este paso requiere seguridad en uno mismo y un poco de ego al intentar imaginar cómo quieres verte en el escenario y lanzarse a meterse en un "fregao" como tal. Hasta aquí el proceso es muy frío y se trata de no ser demasiado indeciso y reunir ideas.

La siguiente etapa pasa brevemente por ese momento de temor ante "la página en blanco". Te pones a ver qué sale cuando improvisas, apuntas posibles pasos que quedan bien con la música, divides en secciones la canción, haces las cuentas de los tiempos... Ves que hay trabajo. El ego empieza a tambalearse. Madre mía dónde te has metido, piensas. El orgullo te hace continuar. Empiezas a llenar algunas secciones y tramos. Ves que es más difícil de lo que creías, pero ahí sigues tú, con los pies ya un poco más sobre la tierra, pero segura de tus recursos.

Conforme avanzas y vas uniendo tramos, te da por mirarte a un espejo o grabarte. ¡Horror! No se parece en nada a como querías que fuera. La inseguridad te viene de golpe. Es difícil, es feo, te queda infinidad de trabajo por delante. Se te quitan las ganas, le coges manía a la canción. Quieres llorar, huír, y la verdad se te presenta clara como el agua frente a tu cara: "¿Qué esperabas? No tienes ni idea, sólo eres una novata intentando parecer profesional." Y te viene el: "Lo dejo. No bailo. Esto no es para mí, este baile es una mierda. No se me ocurre nada, todo lo que hago es ridículo y no hace justicia a la canción". Este es el momento de mayor inseguridad de todo el proceso. Se puede dar a mitad de trabajo coreográfico o al terminar. Y puede que dure hasta el momento de la actuación o se pase a medida que vas aceptándote y pensando que al menos vas terminando la coreografía (si es que has conseguido llegar a un pacto contigo misma y continuar a pesar de todo con ese trabajo titánico que es coreografiar).

¿Qué es lo que te hace seguir? El compromiso que te has impuesto, el compromiso con aquellos a los que les dijiste que bailabas, ese miedo a producir rechazo y quedar mal si te retiras... No querer ser una cobarde. Por tanto, una parte de nuestro ego inicial nos hace seguir. Pero no es sólo esto, puesto que al ego le daría igual el compromiso, y su necesidad de conservación de la individualidad te empujaría fuera de esa futura situación en la que los demás verán tu mediocre trabajo. La actitud a partir de ahora es ya una actitud más cargada de humildad, de decir: "Mira, ésto es mi trabajo, lo que tengo que ofrecer. No tengo más. Lo he aceptado y no tengo miedo de lo que me podáis decir porque sé que es verdad que me falta mucho por andar y soy consciente de todos mis fallos."

En cuanto aparece esta actitud, se entra en un estado de calma, se termina el trabajo como se puede, se ensaya, se muestra y a pesar de sufrir un poco de inseguridad por si los demás notan que tu trabajo no está a la altura, existe esa seguridad que te ha llevado hasta allí: "No necesito ser perfecta, yo sólo vengo aquí a contar una historia y mi éxito no consiste en mostrar una coreografía super técnica y original, sino en contar esa historia propia que yo he vivido dentro, en mostrar lo que me suscita esta pieza musical en particular y en hacer que los demás disfruten tanto como yo. Porque yo estoy haciendo lo que me gusta."

Y así es que cuando tienes algo que contar, no importa tanto la forma, sino la pasión que se pone en ello.

Nunca os retiréis antes de tiempo, no dejéis vuestros trabajos a medias por el miedo al qué diran y a no ser perfectos. La técnica y los pasos se pueden aprender, pero esa sensación que se tiene en el escenario por la cercanía del público que te llena, te quema por dentro y te hace sentir viva... Eso no se puede aprender ni contar, simplemente se vive.

Después de contaros todo esto, os dejo con mi último vídeo. Estoy bastante contenta con esta coreografía, no me ha costado tanto disgusto ni descontento montarla como la anterior. El trabajo coreográfico se ha basado en un guión emocional por secuencias. La canción realmente la tenía en la cabeza desde hace un tiempo y me suscitaba muchas emociones. Las he intentado expresar, espero que os llegue un poquito de todo eso. Y bueno, después de todo, de técnica y originalidad tampoco ha quedado tan mal. Un minipunto para mí. Para la próxima, un nuevo reto :)

viernes, 23 de agosto de 2013

El rollo de la diosa interior

Acabo de ver un vídeo en youtube que trataba el tema e iba a dejar mi comentario. Luego me he dado cuenta de todo lo que tenía que decir y se me ha quedado corto el límite de caracteres de youtube. Así que me vengo a mi propio espacio a soltar toda mi palabrería sin límite de palabras (cuánto daño ha hecho el microblogging).

Primero expliquemos un poco cómo funciona lo de la diosa interior:

Se ha puesto de moda en el mundillo de la danza oriental, supongo que desde el movimiento New Age, una clase de espiritualidad no religiosa que ensalza las virtudes de la Diosa Madre, la Madre Tierra, o variantes.
Yo creo que está fuera de lugar porque una danza cualquiera no debe estar vinculada a ninguna pseudoespiritualidad ni filosofía que no sea la del trabajo y el esfuerzo inherente a la propia danza como actividad física, pero puede haber gente a la que le guste, no lo descarto.
A partir de esta visión de la diosa, se anima a las participantes a identificarse con la diosa madre para ensalzar su feminidad y hacer brotar sus poderes de mujer y porque todas lo valemos mucho.

¿En qué se traduce esto?
Pues básicamente, y frivolizándolo al máximo, es otro tipo de alienación (hablando en plata: de comer el coco) para dar a las alumnas una razón por la que acudir a las clases, porque les reconforta y puede que les eleve el autoestima. Por lo general, la gente que se lo toma como hobby lo hace porque le parece una actividad física entretenida, le gusta bailar, le gusta la cultura árabe o la música, o cualquier otra razón dentro de las miles de posibilidades. Sin embargo, todos sabemos que hay que tener algún tipo de interés especial para que continuar con la actividad no se entorpezca por la pereza y excusas como que hace mucho frío, o mucho calor, que si el cansancio, el dolor de cabeza... El síndrome gimnasio, ya sabéis.
Para mantener el interés o tener contentas a las alumnas, se mezcla la danza con la autoayuda. De esta manera, estás creando una motivación y una necesidad (si se lo creen y las haces sentir bien).

¿Cómo lo hacen?
La mayoría de las veces te hablan de una fuerza o poder interior que tienen todas las mujeres, que está por explorar o liberar, que te hace sentir mejor, divina, más poderosa y segura de ti misma. Esto te dará las agallas para enfrentarte a la vida con más seguridad. Esto no es malo, y me alegro si a alguien le sirve, pero no me gusta el enfoque de que el poder para llevar las riendas de nuestra propia vida es una "diosa" que vive dentro de ti. Algo que eres tú, pero a lo que no habías tenido acceso (luego en realidad es como si fuera algo externo a ti). Creo que las riendas de la propia vida ha de llevarlas una persona conscientemente, y podemos hablar de autoestima, de actitud. Es evidente que la danza sí puede mejorar estos aspectos al darte la oportunidad de expresarte mediante movimientos, puedes sentirte más libre y creativa. Pero el rollo de la diosa madre, y el poder de la feminidad y el "¡chicas, dominemos el mundo!" es muy de anuncio de compresas. De hecho, me hace sentir el mismo sentimiento de desconcierto. Entiendo a dónde quieren llegar pero no puedo evitar sentirme incómoda cuando veo estas cosas. Como si tuvieramos que justificar el que seamos mujeres maravillosas, capaces y felices o dar cuentas a alguien o "algo" por tener virtudes. Lo que faltaba.

¿Y sobre el erotismo, qué?
Otro aspecto, además, es el de las connotaciones sexuales añadidas a la danza por el legado cultural. Es cierto que en los países árabes no está bien visto que las mujeres bailen danza oriental, lo aprenden clandestinamente y bailan en fiestas de mujeres (allí las fiestas de las bodas por ejemplo, están separadas por sexos) porque es considerado por los hombres demasiado sensual, y lo prohíben. Por suerte, en occidente somos más permisivos, pero no nos libramos de las connotaciones sexuales por eso de lo exótico, la poca ropa, la imagen que nos deja Hollywood y los clubes nocturnos donde algunas primeras bailarinas se ganaban la vida. Ahora que, ¿cómo podemos adaptar esta imagen de mujer objeto para hacerla apetecible? Muy fácil, puesto que ahora todas somos mujeres liberadas modernas, que queremos que se sepa que disfrutamos de nuestra sexualidad y somos tan divinas y tan sexys que nos mostramos provocativamente porque nos hace sentir deseadas, sexualidando la danza y colaborando a incrementar los prejuicios sobre ella. Y esta actitud lo único que trae es que te sigan viendo como a un objeto, porque en vez de hacerte valer por tu valía como persona y tus virtudes (y bailar bien puede ser una de ellas), tu intención primaria es provocar un deseo sexual. WTF? Chicas, hay que ser un poco más críticas y menos crédulas.
Me parece muy poco adecuado, por tanto, que las profesoras animen a las alumnas a seducir a hombres. Como si no tuvieramos mejores cosas que hacer con nuestra vida ni hubieran otros beneficios que podemos conseguir con la ayuda de la danza... En fin.

Resumiendo mi postura:
Digo SÍ a la autoestima y a sentirse mejor, pero NO a que la profesora de danza oriental sea una guía espiritual. Y por supuesto NO a sexualizar la danza.
No hay que mezclar las creencias con la danza. No tienen nada que ver. Jamás te imaginarías una clase de ballet en la que te hablaran de Jesús. Pues lo mismo. La autoestima y el gusto por la danza vendrán automáticamente cuando las clases se impartan bien y se conduzca a la alumna por el camino adecuado de aprendizaje.

¿Qué hay que hacer?
Hay que tomarse esta danza más en serio. No está regulada aún, aunque hay algunas iniciativas interesantes y seguramente no se haya conseguido aún porque es muy difícil consensuar los nombres de los pasos, qué estilos son más fieles a la tradición que otros, qué es lo que hay que saber y qué es lo que se ha inventado alguien después. A partir de qué conocimientos puedes ser profesional cualificada y dar clase. Porque considerando la danza como algo fácil (que no lo es) y poco serio, estamos devaluándola y contribuyendo a que crezcan los prejuicios sobre ella en la sociedad. Como si los que ya habían fueran pocos.

P.D.: Parece que esto de la diosa está gustando al fin y al cabo, por eso hace poco hemos podido verlo en otro fenómeno de masas femenino: 50 Sombras de Grey, donde la prota experimenta esa liberación sexual, ese despertar al placer gracias al descubrimiento de su diosa interior. Se lo hace descubrir una relación sado-masoquista con un hombre "malote" que la utiliza y le da lujos a cambio, sometiéndola a su voluntad. En plan pretty woman pero menos romántico. Ahí lo dejo.

lunes, 22 de julio de 2013

ATS y FatChanceBellyDance

¡Me muero de envidia! Mi chico está en un viaje de trabajo en Scotts Valley, California. Durante una semana entera va a estar al ladito de San Francisco, el lugar donde nació el American Tribal Style (ATS), fundado por Carolena Nericcio, del grupo FatChanceBellyDance. Lo sé, demasiada información de golpe. Vayamos un poco más detalladamente:

El American Tribal Style es un tipo de danza que evoca las danzas tradicionales de Oriente, pero no es un intento de recuperar una danza tradicional existente propiamente, es una creación moderna inspirada en danzas egipcias y folclóricas que Carolena aprendió en su juventud en la compañia de Masha Archer. Al parecer, por aquella época había un movimiento entre jóvenes alternativos llamado "Modern Primitive", que desconozco pero me imagino de qué trataba. Carolena y otros jóvenes se tatuaban y adornaban el cuerpo con detalles "primitivos". Estamos hablando de los 80 en San Francisco. Eran tiempos locos.

Carolena montó un estudio de danza donde compartía sus conocimientos, principalmente para tener compañeras de danza. Junto a sus estudiantes, actuaron en convenciones de tatuajes ganándose algo de reconocimiento por ello. Su nombre FatChanceBellyDance es una bonita rima en inglés (y no tiene nada que ver con gordos), sino que "fat chance" es una expresión en inglés que significa algo así como "de ninguna manera" y está basado en las preguntas tontas que todas las bailarinas aborrecemos cuando aquellos que antes que ver danza ven pedazos de carne. Aún hay mucha gente que relaciona la danza oriental con un entretenimiento exótico para su disfrute personal... ya me entendéis. En otras palabras, la respuesta a estas preguntas fuera de lugar sería algo así: "Fat chance you can have a private show" (Ni de coña te hacemos un espectáculo privado).

Al ser un tipo de danza moderna y no tradicional apareció gente que le encantaba pero también detractores. Es por eso que el estilo se llama American (lo que deja claro que es inventado) Tribal Style (lo que enfatiza el espíritu grupal y global de esta danza, ya que se suele bailar en grupo).

Otro de los puntos innovadores del ATS es que es improvisado. En principio esto era debido a que las bailarinas desconocían las limitaciones del espacio hasta poco antes de salir a escena, y que era inútil realizar coreografías en actuaciones tan casuales como las que tuvieron al principio. Por tanto Caroleena inventó señales para todos los movimientos y combinaciones, que pudieran ser vistos claramente por las demás integrantes y poder seguir la danza. Bailaban en duetos, tríos y cuartetos, cambiaban de líder y mantenían las posiciones de manera que todas pudieran ver las señales de la líder. Con el tiempo, se acabó bailando en diagonal a la audiencia, pues todas las señales se hacían por el lado derecho debido a que los movimientos empezaban por el lado derecho y la líder se situaba a la izquierda.

Pero dejando atrás los detalles técnicos, lo que se observa desde fuera es un grupo de mujeres trabajando juntas y colaborando para crear una danza irrepetible por ser improvisada. Para la audiencia parece coreografiada, pero no lo es. Y puedo aseguraros, además, que es de lo más divertido. Se desarrolla un sentimiento de tribu, de conexión entre las bailarinas. Y este espíritu tribal transpasa fronteras...

Si hay algo más impresionante que improvisar con tu grupo es que puedes ir a cualquier otra parte del mundo, y si algún otro grupo de personas han aprendido ATS, puedes bailar con ellas al momento sin ni siquiera conocerlas de nada. Y aún seguiría pareciendo coreografiado. El ATS es un sistema cerrado en el que sólo Carolena autoriza que se añadan nuevos pasos o combinaciones, por tanto es una especie de "lenguaje universal" de movimientos que fomenta una conexión profunda entre personas de cualquier parte del mundo, rompiendo las barreras culturales. Una manera de expresarse que está consiguiendo a lo que aspiran las lenguas universalizadoras, como el Esperanto.

El ATS es una danza de mujeres fuertes y seguras de sí mismas, que sienten la belleza de la danza y de sí mismas, y que encuentran la manera de expresarse creando una coreografía irrepetible con la colaboración de cada miembro de la tribu por igual.

En resumen, que sería la re-leche poder estar allí en San Francisco, presentarme en el estudio de Carolena y aprender y bailar con las FatChanceBellyDance. Con mujeres que no conozco personalmente pero a las que admiro y poder compartir unos ratitos de magia creativa. Ay... ¡Cómo me muero de envidia!



Bibliografía:

viernes, 19 de julio de 2013

Cambios

Recientemente, he estado haciendo cambios en el diseño del blog. Todo vino detonado porque la gente decía que no se leía de manera cómoda en letras blancas sobre fondo negro, así que tuve que renunciar a mi amado, neutro y elegante color negro para empezar a adentrarme en el mundo arcoiris. Bueno, otra opción era el blanco, pero eso me parecía demasiado poca cosa.
El mundo de los colores no es nada sencillo, riñen mucho entre ellos. Yo no tengo mucha idea sobre teoría del color, diseño web ni nada por el estilo, así que mi meta siempre ha sido que quede algo no demasiado desagradable a la vista. No tengo claro haberlo conseguido demasiado bien, pero me convence a medias el resultado y así lo dejaré hasta que se me ocurra algo mejor.

Después de indagar por internet buscando plantillas, al final me he decantado por algo más simple. Una plantilla predefinida de blogger y mis propios cambios de color y anchuras encima.

Os prometo que me ha dado muchos quebraderos de cabeza encontrar los colores adecuados. Con lo bien que funcionaba yo con el negro y rojo, o el negro y morado. Pero no el rojo y morado (ojo, que ya sólo con estos podemos encontrar interacciones feas). Extrapolado a todo el maldito arcoiris, me encontraba tan perdida como un mono hasta las cejas de LSD en una ciudad.
Evidentemente, me decanté por paletas de color prediseñadas. Y escogí esta:

http://www.colourlovers.com/palette/71772/Calligraphy

No sé por qué. Bueno, porque tenía un morado precioso, y ese amarillo imitando un dorado me llamó la atención. Luego los rosas claros podrían ser utilizados como fondo para unas letras no negras sino grises oscuras. Al montarlo, luego ya no me pareció tan buena idea la combinación, pero en fin, ahí está. Expliquémoslo:
  • El fondo lo he hecho yo misma con el photoshop, con los colores exactos de la paleta y haciendo un degradado muy majo.
  • La elección de colores de la columna de la derecha contrasta con los colores de los títulos y fechas de las entradas, y van al contrario que el degradado, para que se puedan ver.
  • He añadido iconos sociales de facebook, twitter, youtube y goodreads, para tenerlo todo relacionado y unido.
  • La cabecera es algo que me tiene especialmente contenta. También la he montado yo y lo único que me desagrada es el tipo de letra del título. Me he dado cuenta de que apenas tengo fuentes molonas en el photoshop y ninguna me convencía. Tardé más en elegir la tipografía que en hacer lo demás.
  • Los elementos que aparecen en la cabecera simbolizan los ámbitos en los que me muevo y que son los más susceptibles de ser tratados en el blog, a saber: la ciencia (a lo que dedico mis estudios), la danza y la lectura/escritura.
  • La imagen de los crótalos es mía, hecha con mi cámara a propósito para esta cabecera y de mis propios crótalos, evidentemente.
  • La imagen de la caligrafía antigua no recuerdo de dónde la saqué pero lleva siglos en mi ordenador en la carpeta de imágenes y la he utilizado para varios propósitos ya. Siento no poder dar crédito al autor.
  • La imagen de los tubos de ensayo la he sacado del stock de DeviantART, concretamente de aquí. Como es de bien nacido el ser agradecido y dar crédito a aquellos que ponen sus imágenes con licencia Creative Commons para que torpes como yo hagamos nuestras cositas, visitad al artista en su espacio, y su página de stock. Hay gente con mucho talento en DevianART, es increíble.
Y con esto termino, próximamente espero escribir algo interesante. Adelanto que os esperan algunos artículos relacionados con aspectos de la danza. Estoy profundizando en ello cada vez más y hay algunas cuestiones sobre la actuación y la manera de trabajar en la danza que me gustaría comentar y compartir. Hasta entonces, pues.

viernes, 10 de mayo de 2013

La lectura, esa actividad aburrida para intelectuales.

El acercamiento a la lectura se ve obstaculizado por ese aire intelectual que se le da a todo lo relacionado con ella.

Hoy, viendo un “magazine” digital en formato de vídeo, una especie de miniprograma de 9 minutos y pico, un señor de nula expresividad en la cara y un tono de voz monótono nos hablaba sobre las bondades de Javier Marías. Es un gran escritor, y aparte de cargar con unos genes notables, seguramente se haya criado en el medio idóneo para dedicarse a la escritura o el ensayo.

Todo esto junto con algunas recomendaciones personales de su obra nos las transmite el mismo tipo, en 7 minutos, a veces trabándosele ligeramente la lengua, con una entonación totalmente lineal y manteniendo muy poco contacto visual con la cámara. Para tratarse de recomendaciones personales, más parecía que estuviera leyendo la lección de un libro de texto. Por favor, espero que no se haga profesor, por el bien de los estudiantes.

El escenario era su despacho, y la música del programa era algo sosa. Sinceramente, me ha hecho pensar: ¿Quién quiere leer si se le presentan las puertas de este mundo tan aburrido? Leer no es aburrido. Es cierto que tiene cierto componente intelectual, pero también se puede leer por diversión. De hecho, lo que suele ocurrir es que ambas actividades son compatibles, por inverosímil que le suene a alguna gente. Y suena inverosímil porque les presentamos esta clase de discursos aburridos sobre argumentos e intenciones literarias.

Si de algo tiene poder la palabra escrita, es de llegarnos hasta lo más profundo de nuestro ser, desde una carta de amor hasta una crítica mordaz a nuestro trabajo. Normalmente la lectura tiene un grado de implicación personal bastante grande y después de un tiempo, lo que queda, lo que recordamos mejor, es cómo nos hemos sentido, y no alguna cita en concreto o si tal escena iba un capítulo antes que tal otra. Es un hecho comprobado que el cerebro recuerda mejor las cosas que asocia con los sentimientos, por tanto, por qué no decir cuando hablemos de un libro: “Es fascinante porque me hizo llorar”, “me hizo sentir terriblemente miserable” o “por un momento pensé que el mundo dejaba de tener sentido”.

Creo que una buena metáfora sería el sueño. Los sueños no muchas veces se recuerdan al despertar, pero a veces prevalece en nosotros esa sensación de que algo bueno o no tan bueno nos ha sucedido en él. Mientras soñamos, el sueño es nuestra realidad y nos hace involucrarnos y sentir intensamente. Después, cuando despertamos sabemos que nada de eso ha sido real, pero lo que hemos sentido sí que lo ha sido, aunque sea provocado por una fantasía.

Con todo esto, no quiero decir que haya que renunciar a la parte más técnica o intelectual. Claro que no. De hecho, esa visión de la literatura viene sola (o puede no venir) tras haberse iniciado y haberle cogido el gusto a devorar páginas. Lo que creo que no debería hacerse es monopolizar todo el mundo literario y reducirlo a esta expresión, porque entonces se crea endogamia entre aquellos que ya leen y que están acostumbrados a valorar intelectualmente una obra, excluyendo a los profanos o a los no iniciados. Y los colegios tampoco lo hacen del todo bien, pero esto ya es otro tema. Leer no es una actividad de la que formar parte te tenga que hacer sentir miembro de un club exclusivo de gente seria y aburrida. Así jamás podremos fomentar la lectura, ya que todo el mundo tiene miedo al rechazo.

jueves, 2 de mayo de 2013

Los mundos sutiles

"Se canta lo que se pierde." Antonio Machado. La película Los mundos sutiles, del director Eduardo Chapero-Jackson recrea el universo de Machado, en una conexión entre éste y nuestro tiempo, evocando sus poemas a través de la danza.

lunes, 22 de abril de 2013

La peor crítica es la propia.

Sigo pensándome si hacer un release oficial de mi última actuación en la Casa de la Música de las Cigarreras con la publicidad adjunta que ello conlleva en las redes sociales o dejarlo como oculto. Es el tercer año que llevo bailando, y la verdad es que el resultado no ha salido como esperaba.

Ya te lo ves venir cuando el mismo día, antes de salir de casa cargada con la maleta del vestuario, te ves cambiando el tercer estribillo porque no te gusta. ¿Inseguridad, o es que realmente el tercer estribillo era una basura? ¿Sería toda la coreografía en sí una basura? La defendí en el escenario sin mucha emoción, fue una sensación como de compromiso. Algo así como cuando un amigo te lia y te pide que hagas una cosa que no te apetece nada. La haces, pero no te sientes cómodo. A ver, sentirse cómodo en un escenario es algo a lo que hay que acostumbrarse, y creo que llevo ya bastantes representación en el “stage” como para estar más o menos serena.

Creo que el problema ha venido al representar una coreografía que es enteramente mía. El primer año fue una adaptación de una que había visto en youtube y me encantó, el segundo año fue una improvisación -así, a lo loco- pero también muy influenciada por otros vídeos de youtube que había visto mil veces y de los que saqué la mayoría de los pasos de mi semi-improvisación. Lo cierto es que esa vez me lo pasé bastante bien. Este año me he tirado a hacer una canción que simplemente me gustaba, coreografiándola desde cero. Yo con una hoja en blanco con los tiempos contados, una canción y una lista de pasos que estaría bien meter, bien por gusto personal, por su dificultad técnica... lo que fuera.

Y creo que uno de los errores que cometí fue esa idea fija de querer hacer algo muy técnico. Hubiera sido mejor idea si no la hubiera acabado a última hora, me faltaran muchos ensayos, grabaciones para revisar fallos, un vestuario algo más profesional... Vamos, que comparando las expectativas que me había formado con lo que tenía en mis manos un segundo antes de poner el primer pie en el escenario, no tenía nada valioso que mostrar. Aún así defendí lo que tenía como pude, aunque a mi modo de verlo, quizás no demasiado convencida de lo que estaba haciendo.

Después de dejar la coreografía reposar, pues me hicieron verme en el vídeo justo ese mismo día despueés de actuar (ni os imagináis lo mal que lo pasé), he podido analizarla más objetivamente. He tomado distancia, y aunque me sigue doliendo saber que he dejado pasar una oportunidad grandísima de mostrar un buen trabajo, ya no me quiero tirar de los pelos o mirar hacia otro lado mientras esa canción que me gustaba se convierte en la sinfonía del infierno. Sé que soy bastante autocrítica, pero lo soy porque realmente la danza es importante para mí. Me lo tomo en serio y quiero de verdad mejorar. Por eso los errores son inadmisibles, y más en mi tercer año.

Dejando a un lado lo subjetivo y volviendo al análisis de la coreografía, mis conclusiones son las siguientes: La coreografía es técnica, pero está pobremente ejecutada, algunos pasos quedan estéticamente feos a la velocidad que escogí incluirlos y parece que sea un corta y pega de pasos, no hay toda la fluidez que debe haber. Bueno, mis manos están para amputarlas y la postura, influida por los nervios y la inseguridad, deja mucho que desear. En un momento en que me meto un poco en el papel, me pongo a hacer playback sin darme cuenta (¡mal!), y en otro momento raro hago un gesto “simpático” al público que queda un poco fuera de lugar cuando el resto del tiempo de la actuación mi cara es tan expresiva como una máscara de porcelana. Estoy un poco rígida y no me dejo llevar, lo cual también afecta a la calidad de la ejecución.

Me deja un sabor agridulce, pero creo que puedo perfeccionarla. Y lo mejor de todo es eso, que los errores sirven para remontarlos, para darse cuenta de cuánto trabajo queda aún por hacer, en qué dirección y cómo se puede mejorar un poco más.

Hay que seguir exigiéndose, y sé que autocriticarme nunca podrá ser del todo objetivo ni siquiera distanciándome de mi propia obra con el tiempo. Sé que precisamente yo voy a ser la que dé la crítica más cruel a mi trabajo. Y sé que puedo creer que no puedo dar más de mí, que no avanzo y caer en estos pensamientos derrotistas. Pero no me queda otra opción porque ahora ya sólo hay un camino, y ése es hacia delante. Tengo que levantar mi vista para seguir mirando al frente, avanzar y dar todo lo que pueda. Cueste lo que cueste. Al fin y al cabo, ya no podría simplemente olvidarlo todo y dejar de bailar, por más que lo intentara. Lo necesito para vivir.

miércoles, 17 de abril de 2013

Tocando estructuras, abriendo mentes.

Maleabilidad cerebral, las estructuras en las que toma forma tu cerebro. Estructuras que te permiten pensar, transmitir ciertos impulsos nerviosos. Lo que tú piensas y cómo razonas ya lo ha hecho alguien antes. Al recibir información que no has procesado nunca, tu cerebro se malea, se prepara para adquirir estas nuevas características que le estás suministrando. Se adapta. Y su forma permanece aunque a veces sea una estantería vacía, pues la memoria es una lagartija escurridiza.

No puedo evitar siempre dar mi punto de vista, comentar un poco estos aspectos tan inquietantes y verdaderos. Pues en el fondo uno se da cuenta de que es así, aunque no se haga a la idea. Su cerebro no puede entender (no puede hacerse a la forma) de que él se haga a la forma de las ideas que recibe. Es como cuando uno se mira a sí mismo pero no puede ver lo que los demás ven en él. No puedes salir fuera para mirarte, excepto que hayas conseguido hacer un viaje astral (una alteración de la consciencia muy peculiar). De la misma manera, no puedes salir fuera de tu cerebro y acercarte a sus estructuras para ver cómo almacenas información, como aprendes... Por suerte un cerebro de alguien cualquiera puede servirte. Pero no es el tuyo, no está funcionando en un sistema vivo y cerrado. Por tanto no puedes aceptarlo.

Hay cosas que para nosotros parecen tener una implicación mayor de la que seguramente tengan. A principios de septiembre cuando estuve en el curso de inglés de la UIMP de Valencia, acabé haciendo mi presentación final sobre la química del amor, es decir, de las sustancias que tienen voz y voto en las sensaciones o sentimientos que desarrollamos hacia nuestros seres queridos, bien sentimientos destinados al emparejamiento y la continuidad de la especie, como vínculos padres-hijos. Lo hice porque sabía que era interesante. Lo hice porque sabía que era polémico. Y lo hice porque estaba segura de que alguno no me creería... No me querría creer sabiendo que es cierto. Quería ver a mentes moldeadas de ciencia renegando de las mismas ciencias por una creencia arraigada por la experiencia personal. Quise crear un conflicto en sus mentes (no por fastidiar), sino porque quería que se enfrentaran a sí mismos. Crearles ese pequeño conflicto sería un aliciente bastante grande a mi presentación. Es el factor que voy a llamar Efecto Resaca.

Efecto Resaca (Definición): Sensación inquietante y de desasosiego en la mente y recurrente en la memoria de manera no voluntaria tras una revelación increíble cuya veracidad no puedes cuestionar pero que continuará martilleándote hasta que (1) olvides que te la contaron, (2) decidas voluntariamente enmascararla o no creerla, (3) recurrir a esoterismos, espiritualismos o metafisicismos (¿?) para expresar tu desacuerdo -afortunadamente mis mentes cobayas de la charla descartarían ésta- o (4) aceptarla y modificar tu visión de las cosas -la que más cuesta y la más intrusiva-.

Desconozco qué quedó de mi charla en ellos, qué recordarán, qué elegirán olvidar o si me odiarán un poquito más. Pero por un momento, no les dejé nada indiferentes. Eso está bien para empezar.

jueves, 4 de abril de 2013

Hazte así, que llevas algo de pasta en tus gafas.

Me llaman gafapasta. A veces. Están equivocados, por supuesto. Primero, porque mis gafas no son de pasta. Lo cual es bastante importante no sólo por la etimología del término sino porque al parecer la pasta gafil está invadiendo las ópticas y cualquiera podría serlo. Por suerte aún no se me han quedado viejas las gafas y no las tengo que cambiar por esos armatostes que te tapan la cara y que parecen haber sido dibujadas grotescamente en tu cara con un rotulador permanente de gran diámetro.

Caricaturización ilustrativa
En segundo lugar, admito que alguna vez he expresado, quizás con un poco de exageración, mi devoción hacia algunos escritores o poetas. Esa emoción que me asalta cuando veo publicaciones bien chulas de esos libros clásicos que hay que leer en la vida, o de aquellos que he leído y son demasiado geniales para que no los nombre o de esa brillante perla que encuentras de manera inesperada en las ferias del libro de ocasión cuyo valor material es bajo pero el simbólico y devoto es bien alto.

He leído libros, claro, y por cada uno que leo se añaden lo menos 5 a la lista de pendientes. Para los que tengan un poco de idea de cómo van las exponenciales, sólo decirles que el año pasado me leí 20 libros. Haceros las cuentas si queréis. El tema es que me quedan infinidad de libros por leer, y todos los que apunto en la lista de pendientes e incluso los que descarto, han pasado por mi filtro. Esto consiste en que conozco su título, el nombre del autor, su época a grosso modo, sinopsis bastante simple, repercusión histórico-social, algún dato del autor si es relevante y anécdota si también lo es. Vamos, toda una ficha mental de culturilla básica lectora.

No es de extrañar entonces que cuando en alguna circunstancia se hace alusión a un libro o autor que conozco, me ponga a aportar la información de mi ficha, bien con el entusiasmo de que sea ese libro de mi lista que ansío leer, bien con la dejadez de ese otro libro que he descartado y que creo que no merece la pena. A los ojos de los demás esto es de sabionda, gafapasta o pedante. Para nada. Para los que me conozcáis más o menos bien, ya sabréis la emoción que pongo al hablar de algunas cosas. No puedo evitarlo: gesticulo en exceso, elevo mi tono de voz, suspiro y hasta a veces salto. Hasta que acabo esa conversación y me relajo.

Me doy cuenta de que no sé exactamente si el gafapastismo es eso o qué es. Es un término confuso y definido con una línea imaginaria. No intento en ningún momento ser prepotente ni hacer a alguien sentir mal por no saber ciertas cosas, aunque lo exprese tal que así: "¡Oh dios mío! ¿Cómo puedes no saber quién es Edgar Allan Poe y vivir tranquilo?". Vale, puede quedar un poco agresivo, pero no es la intención. Sólo doy información que para mí es relevante. Si eso es ser gafapasta, pues adelante, entonces lo soy.

Ea, estas serían mis pintas con gafas de pasta de estas modernuelas.

domingo, 17 de marzo de 2013

La Metamorfosis


A veces entreveo en algún gesto
a quien no eres aún, y me da vértigo
sorprender a mi lado a la mujer
que algún día serás, dulce muchacha.
Da vértigo aprender qué pasa, el tiempo
(mañana no vendrá la que hoy te fuiste)
se evapora y los besos que no atreves
como versos que olvidas anotar.
Da vértigo pensar en si te quiero
como ahora, o si quiero a esa mujer
que asoma en tu mirada, en si me asusta
entenderte aún mas lejos, transformada
en alguien que no entiende a este muchacho
que no habla y se asusta cuando mira.


Rodrigo Olay - Cerrar los ojos para verte

viernes, 8 de febrero de 2013

¿Qué queremos y cómo lo queremos?

Mientras hago como que estoy haciendo trámites en la vida para acabar cosas y llegar a ser quien quiero ser, voy esquivando las preguntas clave. Preguntas como: ¿Y qué es lo que realmente quiero hacer? ¿Qué versión de mí misma me gustaría ser?

Escurrir el bulto porque estoy muy ocupada no servirá de mucho. Esta es una de esas cosas que no se resuelven solas. Parece ser que en el rincón tranquilizador de mi cabeza quiero pensar que en realidad cuando venga la oportunidad la sabré ver y de alguna manera intuyo qué podría pasar. ¿Pero es eso realmente una elección mía, algo que deseo? ¿De qué manera si no tomo ninguna decisión puedo implicarme fervientemente a actividades que me configuren como persona? Por supuesto, ocurre que no veo resultados y nada parece tener sentido; lo cual es normal cuando no me he propuesto ninguna meta. "Hasta donde llegue", me digo. ¡¿Pero en qué dirección?!

Es todo un engaño. Quiero creer que soy de esas personas que no siguen un patrón de vida predefinido, que realmente hace lo que quiere. Y si bien es cierto que en cada momento hago lo que me plazca y nunca me arrepiento, lo que hago es dar vueltas como una peonza. Un día pararé de girar y se habrá acabado todo, me habré acostumbrado a una vida normal y corriente y mis motivaciones en la vida serán llegar a fin de mes y conseguir vacaciones.

No, no. Estoy segura de que no es eso lo que quiero, y sin embargo, tampoco puedo visualizar una opción que me guste.

Hay varias imágenes que me formo mentalmente de cómo me gustaría que fuera mi futuro. Pero me da un poco de miedo pensar que si llego ahí, luego no me podré arrepentir y habré estado perdiendo el tiempo persiguiendo una meta inútil. Quizás todo se reduzca a eso, a que no quiero perder tiempo, a que tengo miedo a equivocarme y tener que rectificar. Rectificar me avergüenza, y no debería. Rectificando se aprende.

Lo confieso, es un prejuicio. No quiero parecerme a esa gente que cambia de opinión constantemente sobre lo que quiere o lo que le gusta. Me desagrada mucho verlo en los demás a la vez que da imagen de inseguridad, debilidad y un punto de locura e incoherencia.

Debo elegir. Por una maldita vez en la vida, arriesgarse no está mal. Escoger, creer en mi decisión y empezar a luchar por ello, y los trámites que vengan por en medio tendrán algún sentido después de todo. Uno lucha para conseguir algo. ¿Para qué si no iba a batallar? Nadie lucha sin causa, aunque ésta a veces sea infundida y no realmente propia. No voy a venir yo a innovar a estas alturas.