viernes, 15 de noviembre de 2013

El proceso coreográfico: Etapas y actitudes

En realidad también voy a referirme a qué es lo que lleva a alguien a subirse a un escenario. Sobretodo en ocasiones en que va a mostrar un trabajo individual. Hay varios puntos de vista sobre esta actitud:

Una de ellas es que uno sube a un escenario para mostrar su humilde trabajo, lo que sabe, exponiéndose a ser juzgado positiva o negativamente.
El antagonista de esta actitud es el ego. Acaparar la atención de un público para decir algo y que te hagan caso.

La humildad puede llevarte a una actitud despreocupada de la opinión ajena, pues uno es consciente de sus fallos y los acepta, con lo que podríamos decir que se trata de alguien seguro de sí mismo.
El ego sin embargo, siempre sale mal parado ante la opinión ajena, pues intenta por todos los medios protegerse de las críticas. Seguro que en el fondo conoce sus fallos, pero cree que es su momento de lucirse y se sentiría halagado de recibir buenas opiniones y elogios. En este caso, la actitud ante las criticas es propia de una persona vulnerable.

¿Pero cómo es que una persona humilde y otra orgullosa puedan ser seguras de sí mismas e inseguras respectivamente? ¿No debería ser al contrario? Alguien seguro de sí mismo debería mostrar orgullo de su propia persona respecto a lo que realiza en un escenario porque está convencido de que tiene un valor, y alguien humilde debería quizás huir de mostrar en público su trabajo porque debería asimilar que tiene fallos, es mejorable y que tampoco es excesivamente relevante contar su historia delante de toda esa gente...

Es un poco contradictorio, cierto. Pero no son actitudes excluyentes, y de hecho se entremezclan en los estados que se atraviesan emocionalmente durante la creación (en este caso voy a referirme a una danza coreografiada).

Durante el proceso creativo se producen varias etapas.

La primera de ellas requiere tomar una decisión, sobre qué canción se va a bailar, si va acorde a lo que uno siente por dentro que quiere contar. Hay que valorar los recursos personales respecto a técnica y variedad de pasos antes de ponerse manos a la obra con algo que pueda superarnos. Este paso requiere seguridad en uno mismo y un poco de ego al intentar imaginar cómo quieres verte en el escenario y lanzarse a meterse en un "fregao" como tal. Hasta aquí el proceso es muy frío y se trata de no ser demasiado indeciso y reunir ideas.

La siguiente etapa pasa brevemente por ese momento de temor ante "la página en blanco". Te pones a ver qué sale cuando improvisas, apuntas posibles pasos que quedan bien con la música, divides en secciones la canción, haces las cuentas de los tiempos... Ves que hay trabajo. El ego empieza a tambalearse. Madre mía dónde te has metido, piensas. El orgullo te hace continuar. Empiezas a llenar algunas secciones y tramos. Ves que es más difícil de lo que creías, pero ahí sigues tú, con los pies ya un poco más sobre la tierra, pero segura de tus recursos.

Conforme avanzas y vas uniendo tramos, te da por mirarte a un espejo o grabarte. ¡Horror! No se parece en nada a como querías que fuera. La inseguridad te viene de golpe. Es difícil, es feo, te queda infinidad de trabajo por delante. Se te quitan las ganas, le coges manía a la canción. Quieres llorar, huír, y la verdad se te presenta clara como el agua frente a tu cara: "¿Qué esperabas? No tienes ni idea, sólo eres una novata intentando parecer profesional." Y te viene el: "Lo dejo. No bailo. Esto no es para mí, este baile es una mierda. No se me ocurre nada, todo lo que hago es ridículo y no hace justicia a la canción". Este es el momento de mayor inseguridad de todo el proceso. Se puede dar a mitad de trabajo coreográfico o al terminar. Y puede que dure hasta el momento de la actuación o se pase a medida que vas aceptándote y pensando que al menos vas terminando la coreografía (si es que has conseguido llegar a un pacto contigo misma y continuar a pesar de todo con ese trabajo titánico que es coreografiar).

¿Qué es lo que te hace seguir? El compromiso que te has impuesto, el compromiso con aquellos a los que les dijiste que bailabas, ese miedo a producir rechazo y quedar mal si te retiras... No querer ser una cobarde. Por tanto, una parte de nuestro ego inicial nos hace seguir. Pero no es sólo esto, puesto que al ego le daría igual el compromiso, y su necesidad de conservación de la individualidad te empujaría fuera de esa futura situación en la que los demás verán tu mediocre trabajo. La actitud a partir de ahora es ya una actitud más cargada de humildad, de decir: "Mira, ésto es mi trabajo, lo que tengo que ofrecer. No tengo más. Lo he aceptado y no tengo miedo de lo que me podáis decir porque sé que es verdad que me falta mucho por andar y soy consciente de todos mis fallos."

En cuanto aparece esta actitud, se entra en un estado de calma, se termina el trabajo como se puede, se ensaya, se muestra y a pesar de sufrir un poco de inseguridad por si los demás notan que tu trabajo no está a la altura, existe esa seguridad que te ha llevado hasta allí: "No necesito ser perfecta, yo sólo vengo aquí a contar una historia y mi éxito no consiste en mostrar una coreografía super técnica y original, sino en contar esa historia propia que yo he vivido dentro, en mostrar lo que me suscita esta pieza musical en particular y en hacer que los demás disfruten tanto como yo. Porque yo estoy haciendo lo que me gusta."

Y así es que cuando tienes algo que contar, no importa tanto la forma, sino la pasión que se pone en ello.

Nunca os retiréis antes de tiempo, no dejéis vuestros trabajos a medias por el miedo al qué diran y a no ser perfectos. La técnica y los pasos se pueden aprender, pero esa sensación que se tiene en el escenario por la cercanía del público que te llena, te quema por dentro y te hace sentir viva... Eso no se puede aprender ni contar, simplemente se vive.

Después de contaros todo esto, os dejo con mi último vídeo. Estoy bastante contenta con esta coreografía, no me ha costado tanto disgusto ni descontento montarla como la anterior. El trabajo coreográfico se ha basado en un guión emocional por secuencias. La canción realmente la tenía en la cabeza desde hace un tiempo y me suscitaba muchas emociones. Las he intentado expresar, espero que os llegue un poquito de todo eso. Y bueno, después de todo, de técnica y originalidad tampoco ha quedado tan mal. Un minipunto para mí. Para la próxima, un nuevo reto :)