lunes, 29 de agosto de 2011

La Venus del páramo

El barro de la ciénaga engullía pies y pantorrillas. La venus pálida y ocre luchaba en vanos intentos por alcanzar la orilla, por cruzar el páramo, pero jamás podría salir de aquel charco denso que la atrapaba y la inmovilizaba, engulléndola con más ímpetu cuanto más se esforzaba ella por salir.

La belleza de la venus quedaba tapada por lodo color tierra mojada que, espeso, escondía sus curvas de diosa. De bella diosa enlodada. ¿Y cómo podía ser ella la más bella, la más dulce, la más dichosa… Si todo lo que le rodeaba no era más que espantoso y horrendo fango?. Ni aunque su faz fuera grotesca, sus carnes fueran flácidas, sus movimientos fueran torpes y su voz ronca, podría jamás dejar de ser la bella Venus del páramo solitario. Del páramo solitario.

¿De qué sirve la belleza, la ternura, la firmeza de la carne, la melodiosa voz y los gráciles movimientos sino para hundirse cada segundo más con ellos en el codicioso lodo? ¿Quién recogerá el legado de la bella Venus cuando perezca su cuerpo? ¿Merecerá acaso tal título? ¿Es Bella, la solitaria Venus, diosa de la ciénaga olvidada?

¿Quién llorará su muerte? La muerte de la Bella Venus del páramo solitario. Del páramo solitario.


sábado, 6 de agosto de 2011

¡Doctor, extírpeme el "spleen"!

Lo que tiene estudiar en inglés es que te das cuenta de cosas curiosas como que “bazo” en inglés es “spleen”. Ya he hablado muchas veces en este mi blog del término, de hecho, creo que le dediqué una entrada, y si no lo hice estará sin acabar en borrador, y si no… igual lo soñé, pero al menos sé que leí sobre ello.

No pienso repetir todo el rollo otra vez, así que me centro en la curiosidad que me ha suscitado la semejanza.

El bazo es el único órgano del cuerpo humano que es prescindible. Si se daña, puede extirparse y el sujeto puede seguir haciendo vida normal. ¿Entonces sólo está ahí de adorno? Es una pregunta que probablemente os haréis. Evidentemente no. El bazo tiene sus funciones, en concreto y relacionado con lo que estoy estudiando actualmente se ocupa de la producción de sangre, de células sanguíneas, cuyo nombre científico es hematopoyesis (de hemato = sangre y poyesis que supongo que es formación o algo así. Sí, la RAE lo dice: ποησις, acción, creación).

¡Esto es muy grave! ¿Cómo diantres vamos a vivir sin poder renovar las células de la sangre? La vida de los hematíes (glóbulos rojos, sin tecnicismos) es de 120 días aproximadamente. Son los encargados del transporte de oxígeno, que las células necesitan para su metabolismo, esto es: no oxígeno, no vida de célula = muerte de individuo pluricelular. Entonces, si me extirpan el bazo, me debería morir. Pues esta no es razón para alarmarse aún, el cuerpo es más complejo de lo que parece. En realidad parece que el bazo es el órgano secundario de la hematopoyesis. Desempeña esta función durante el desarrollo embrionario, pero luego la médula ósea se la va robando. Con todo, sigue igualmente disponible por si la médula requiere ayuda extra.

Además, tiene otras funciones adicionales no menos importantes: Es reservorio del hierro del organismo, se encarga de la maduración de los glóbulos rojos y de su destrucción cuando les llega la hora. En los casos de extirpación del bazo, es común observar acumulaciones de estas células deformes que deberían ser destruidas en la sangre periférica.

Y no puedo acabar aquí sin mentar su otra función, casi imprescindible, en el organismo: la función inmunológica. Ahora ya se sabe que en los casos de extirpación de bazo hay mayor predisposición a enfermedades de gravedad. Los antígenos (copias del “carnet de identidad” de las bacterias enemigas) se filtran al bazo, que saca el armamento de defensa y las redes que apresarán (opsonizarán) a estas bacterias para luego encarcelarlas (fagocitarlas) hasta destruirlas completamente, sobre todo a las encapsuladas. Todo eso lo explico en metáfora porque la inmunología es, a mi parecer, una de las partes más complejas de la biología, y me es imposible simplificar el proceso, los términos y los elementos que intervienen, porque no pueden tomar nombre más sencillo que el que poseen. Ni siquiera estoy segura de comprender la versión abreviada que se enseña en bachiller. Ya tendré una asignatura de un año para aprender sobre ello, basta ya de desviaciones.

Llegados a este punto, vuelvo a mi tesis inicial: se puede vivir sin el bazo, pero en unas condiciones menos buenas. Ahora es cuando toca reflexionar sobre el tema principal. ¿Por qué se eligió para el estado que describí con el nombre de “Spleen” tal concepto? ¿Qué tiene que ver el bazo con la tristeza, la melancolía y la angustia vital?

No he sido yo la que lo ha deducido, pues el desconocimiento de gran parte de la historia de la medicina me habría impedido llegar hasta él. Todo data de la medicina en tiempos griegos (“spleen” viene del griego: splēn), cuando se adoptó el concepto de los humores y su teoría.

La teoría de los cuatro humores, en vigor desde Hipócrates, aún se siguió utilizando muchos siglos después. Es una teoría muy interesante a nivel anecdótico, aunque es evidente que quedó obsoleta por no ajustarse a la realidad, tras la llegada de la medicina moderna, aunque nunca hay que desprestigiar teorías antiguas, a veces sus dosis de verdad se recuperan con el tiempo. No estoy segura de que este sea uno de esos casos.

Hablando un poco sobre esta teoría, de la cual sabía su existencia pero no su contenido, me he encontrado con datos curiosos. Para comenzar a abordarla debemos saber que antiguamente se consideraba que el cuerpo humano estaba lleno de cuatro tipos de líquidos o sustancias básicas: los humores. ¿Cómo se veía afectada la salud en lo referente a estos humores? Resulta que el equilibrio de los cuatro tipos de humores determinaba el estado de salud de la persona. Estos cuatro humores se definieron como bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre. Estos aumentaban o disminuían en función de la dieta o la actividad de cada individuo. Un desequilibrio (bien superávit o déficit) de cualquiera de ellos daba unos patrones de enfermedad característicos y no sólo eso, sino que también alteraba la personalidad. Así pues, un individuo con mucha sangre era sociable, el que tenía mucha flema era calmado, mucha bilis significaba ser colérico y mucha bilis negra era sinónimo de ser melancólico… Pero no vayamos a acelerarnos aún.

No es casualidad que los humores sean cuatro. En la antigüedad siempre han presumido de poder relacionar cosas de distintos ámbitos, las coincidencias numéricas eran tomadas bastante más en serio; y así como las estaciones del año son 4, los elementos que formaban el universo eran 4… ¿Qué más hacía falta para incorporar los humores felizmente en su bagaje de teorías científicas?

Teofrasto y algunos contemporáneos elaboraron la relación entre los humores y el carácter. En una tablita muy simpática que hay por la wikipedia (de cuya veracidad me desentiendo, pero me servirá para mi propósito y para ilustrar la idea general) se recogen los tipos de humores y sus relaciones con la personalidad, los elementos, las estaciones, el clima, los órganos y las características de la persona. Aquí la muestro:
(se me sale del blog, por cierto, queda antiestético y rompe la armonía... pero no me importa)

Humor
Estación
Elemento
Órgano
Cualidades
Adjetivación antigua
Adjetivación moderna
Características antiguas
Sangre
Primavera
Aire
Corazón
Templado y húmedo
Sanguíneo
Artesano
Valiente, esperanzado, amoroso
Bilis amarilla
Verano
Fuego
Hígado, vesícula biliar
Templado y seco
Colérico
Idealista
Mal temperamento, fácil de enojar
Bilis negra
Otoño
Tierra
Bazo
Frío y seco
Melancólico
Guardián
Abatido, somnoliento, depresivo
Flema
Invierno
Agua
Cerebro/ pulmón
Frío y húmedo
Flemático
Racional
Calmado, indiferente

Y efectivamente, como ya se dejaba vislumbrar, la respuesta viene sola. El órgano al que se relaciona la bilis negra (que se creía que en exceso formaba los tumores) es el bazo. Spleen. Melancolía y estados depresivos… Cabos hilados. A partir de la tabla también podría meterme en temas de literatura, seguro que algunos escritores hacen referencia a algo de esto, tengo un par en mente. No obstante, no os doy más la paliza por hoy. Eso ya en otros articulillos de curiosidades.

Sólo me queda añadir una disculpa por si he metido mucho la pata con esto de la teoría de los humores. No he podido informarme mejor por internet, pero lo que he visto, es más o menos esto. Igual algún día me da por aprender historia de la medicina. Tiene que ser curioso comprender los métodos usados antiguamente para curar enfermedades. Si funcionaban es que algo de verdad tendrían. Igual hay algo aprovechable que podría resurgir dentro de unos años con la cara lavada por la adaptación a los tiempos modernos.