domingo, 16 de enero de 2011

El 'Dandy' del siglo XXI

Notas pre-lectura:

1) Os percatareis, al menos al principio, luego se va relajando xD de un lenguaje poco propio de mí. Es que acababa de leer a Baudelaire... y sin darme cuenta copié un poco su estilo. Mucho lenguaje literario, metáfora y enrevesado orden de los conceptos, superlativamente adjetivados con elegancia y punzante crítica versificada. En fin, ya me estoy pasando otra vez, pues "Los paraísos artificiales" me inspiraron a pensar sobre esto que leeréis más abajo. No me preguntéis cómo he llegado a ello leyendo sobre el hachís y el opio, pero ya sabéis que mis procesos mentales son más bien poco lineales jaja

2) Debería ser muuuucho más largo, tengo muchas cosas que contar, pero me dió en ese momento de aquel día la inspiración y escribí... y luego lo dejé. Y como sé que se me va a olvidar, no quiero que se quede en el tintero, y lo subo. En principio iba a ser una crítica-ensayo sociológico, pero se quedará en simple pretensión. Tampoco soy yo una socióloga como para tener base sobre la que apoyarme y hacer un ensayo serio, y tampoco soy crítica ni nada... sólo soy una rarita que se cabrea con el mundo y lo pone a parir,  o una quejica que se mete con todo aquello que sea demasiado "corriente", supongo que es mi consuelo. Aún tengo derecho a la queja xD

3)Es interesante comparar mis pensamientos de recien entrado el 2011 con aquel texto de hace 4 años aproximadamente, que publiqué en enero de 2009 en este blog. Se puede leer aquí. Una muy curiosa y más interesante comparación. Aunque no lo pueda apreciar bien, puedo ver una clara evolución en mi forma de pensar, algo más abstracta, antes centrada en mi entorno cercano. Los ejemplos, la profundidad del tema, el vocabulario más elaborado y los conceptos mejor empleados... Pero la llama que ardía en mi interior y me empujaba a escribir aquello es la misma a la que empleé recientemente. En esencia se basa en algo que siempre ha estado ahí, que crece, se enriquece, evoluciona, pero jamás se extingue. Parece que me vaya a acompañar para siempre. Y me alegro de ello =)

4) Último punto, creo... Primera entrada del 2011 :D Es un buen comienzo, sí señor. Ahí vamos:



Refiérase este ensayo a la clasificación de la personalidad del excéntrico de este novedoso siglo caracterizado por el control masivo de las opiniones. Un régimen dictatorial al más puro estilo romano enmascarado bajo el nombre de democracia se columpia entre la censura y la predicación de la libertad de expresión. Encontramos entonces una sociedad plagada de borregos clonados unos de otros, y lo que es peor, borregos clonados del modelo de tal animal original que se quiere o se conviene, y que el Estado exige subliminalmente mediante prejuicios y bombardeo de cánones y patrones de conducta que se expondrán y elevarán a la categoría casi de ídolo con tal de provocar en la sociedad el efecto de la imitación.

Sin embargo, siguen habiendo individuos que buscan alternativas de vida, de pensamiento. Que le dan más importancia a cosas tan poco materiales como el conocimiento, el sentimiento del arte, la belleza. Es un camino pedregoso, puesto que surcar los difíciles senderos a contracorriente de lo establecido nunca se nos presentará fácil. No les conviene. Sin embargo, es un sendero sin vuelta atrás más que la autoinducción de la ignorancia, hecho verdaderamente poco creíble si se tiene en cuenta que borrarse la memoria sigue siendo técnicamente imposible. Hablo de que se busca que el rebaño ideal sea feliz, para que no se preocupen por su condición o intenten mejorarla, lo que supondría un inconveniente para el sistema. Hacen que la gente crea ser feliz por medio de la ignorancia; es por ello que un individuo que aprende a pensar, es como un virus en un ordenador, pues cumple la función de impedir que la máquina cumpla adecuadamente el propósito para el cual se diseñó: acatar órdenes. Una computadora funciona bien cuando responde a comandos que no son más que mandatos que inconscientemente nosotros, los usuarios de tales aparatos, realizamos ya de manera cotidiana sin percatarnos e incluso exigimos sin más.

Los individuos que se salen del rebaño por su propio pie, suelen ser curiosos, que se pregunten por aquello que no le han explicado nunca, o incluso cuestionan lo que saben. Es necesario que sean individuos de mente abierta por tanto. A aquellos que siguen el modelo propuesto, se les cierra la mente, pensando que todo lo que le han dado como cierto lo es, y quien lo cuestione, pierde el tiempo. La verdad es aceptada como un dogma, como en la religiosidad medieval. Pero esta vez no se impone el dogma mediante el miedo y la amenaza, ahora existen técnicas más sutiles para ello, que hacen al colectivo humano creer que piensan por sí mismos, que lo que viven es cierto, que lo que le cuentan está fundamentado con muchas partes de realidad y una de inteligencia. Duermen plácidamente, y no despiertan porque creen que el sueño es la realidad misma, y en el fondo quizás intuyan que no es así, pero huyen de complicaciones, se dignan a vivir lo que el sistema quiere que vivan, es lo más fácil, y el hombre moderno no busca problemas que le impidan ser feliz. Cree serlo, y exprime ese bienestar relativo que confunde con felicidad, sin embargo, no están llenos de vida, y confunden la felicidad con la euforia del momento, con la felicidad efímera de un suceso favorable azarosamente.

Pero los hay que se preguntan qué pasaría si abrieran los ojos, y despiertan, y luego no pueden volver a dormir, no concilian el sueño como la realidad, porque han visto más allá, y no pueden olvidar. El sueño siempre seguirá siendo una fantasía onírica, y la realidad será un bosque salvaje, en el que adentrarse despacio, pacientemente, con muchos obstáculos y para el que no hay camino previamente surcado o indicado, sólo pequeñas pistas de algún otro insomne que haya pasado por allí y haya dejado su huella sin intención de reconocimiento o fama alguna, sólo para recordar que alguna vez pasó por allí, para mostrarnos su humilde camino, tan válido como cualquier otro más, dentro de la inmensidad frondosa, para animarnos a que continuemos buscando el nuestro. Quién sabe a dónde nos llevará, o por qué escondidos senderos tendremos que perdernos, qué duras pruebas tendremos que superar para nuestra propia supervivencia… Solos, completamente solos, más que nunca y como siempre a partir de ese momento. Quizás alguna que otra huella de algún intrépido explorador que, también camina sin rumbo pero con paso decidido, nos alegre el día. Y aunque eso no cambie nada, y sigamos estando solos, e incluso nuestros caminos sean diferentes, nos reconforte saber que hay alguien más por ahí.

Diciembre 2010 - Enero 2011

sábado, 1 de enero de 2011

Porque yo también hago valoraciones del año =)

Debo admitir, que a pesar de quejarme de todo, a veces no quiero expresar que en realidad algo sea malo.

El 2010 a simple vista no ha sido un gran año, pero a veces me da por pensar que la Navidad ha sido de las que más recordaré. También recuerdo un 7 de diciembre, un 21 de noviembre, un 27-28 de julio, un 25 de mayo... Y por supuesto, un 31 de diciembre. Muchas palabras, otras veces muy pocas o ninguna. Días que se resumen en años.

Y no puedo dejar de acordarme del 2010 como un año con mucho dolor, un año realmente jodido. Pero no puedo odiarlo, no puedo odiar el dolor, cuando viene de algo tan bello y diametralmente opuesto al odio. No puedo decir que ha sido un año malo, cuando en el fondo siempre me he sentido bien en mis entrañas, porque había fuego en mi corazón. Porque AMAR es lo más bello que te puede ocurrir.

Así que cuando vuelvo la cabeza, lo que veo no me asusta, no me hace fruncir el ceño. Veo ilusión, veo sueños, veo belleza, veo... veo mi alma creciendo, ensanchándose, agrandándose, con una llama más poderosa que el fuego eterno. Y no puedo sino sonreír, mirar hacia delante, y caminar con paso firme mientras miro dentro de mí, y abrazo ese fuego que me alienta. Y sé que mientras el fuego viva en mí, o hasta que vuelva a hacer el recuento de daños y perjuicios, tendré como mínimo 365 días bellos más. No está nada mal ;) 


Como le dije a una amiga varios días después:  


- Llámame masoca, pero a mi no me ha disgustado tanto pasarlo mal xD He aprendido a valorar muchas cosas. Y el darse cuenta de cuánto valoras algo, el luchar por ello, sentir algo que es más fuerte que cualquier adversidad, que te haga seguir caminando firme a pesar de todo... Es tan bello, que no puedo odiarlo. Lo único que me deja mal sabor de boca es la gente a la que he fastidiado para darme cuenta y aprender de toda esta experiencia. Pero si no hubiera perdido nada, no habría aprendido realmente. ¿Acaso puede uno mejorar su vida o a sí mismo sin sacrificar nada?