viernes, 8 de febrero de 2013

¿Qué queremos y cómo lo queremos?

Mientras hago como que estoy haciendo trámites en la vida para acabar cosas y llegar a ser quien quiero ser, voy esquivando las preguntas clave. Preguntas como: ¿Y qué es lo que realmente quiero hacer? ¿Qué versión de mí misma me gustaría ser?

Escurrir el bulto porque estoy muy ocupada no servirá de mucho. Esta es una de esas cosas que no se resuelven solas. Parece ser que en el rincón tranquilizador de mi cabeza quiero pensar que en realidad cuando venga la oportunidad la sabré ver y de alguna manera intuyo qué podría pasar. ¿Pero es eso realmente una elección mía, algo que deseo? ¿De qué manera si no tomo ninguna decisión puedo implicarme fervientemente a actividades que me configuren como persona? Por supuesto, ocurre que no veo resultados y nada parece tener sentido; lo cual es normal cuando no me he propuesto ninguna meta. "Hasta donde llegue", me digo. ¡¿Pero en qué dirección?!

Es todo un engaño. Quiero creer que soy de esas personas que no siguen un patrón de vida predefinido, que realmente hace lo que quiere. Y si bien es cierto que en cada momento hago lo que me plazca y nunca me arrepiento, lo que hago es dar vueltas como una peonza. Un día pararé de girar y se habrá acabado todo, me habré acostumbrado a una vida normal y corriente y mis motivaciones en la vida serán llegar a fin de mes y conseguir vacaciones.

No, no. Estoy segura de que no es eso lo que quiero, y sin embargo, tampoco puedo visualizar una opción que me guste.

Hay varias imágenes que me formo mentalmente de cómo me gustaría que fuera mi futuro. Pero me da un poco de miedo pensar que si llego ahí, luego no me podré arrepentir y habré estado perdiendo el tiempo persiguiendo una meta inútil. Quizás todo se reduzca a eso, a que no quiero perder tiempo, a que tengo miedo a equivocarme y tener que rectificar. Rectificar me avergüenza, y no debería. Rectificando se aprende.

Lo confieso, es un prejuicio. No quiero parecerme a esa gente que cambia de opinión constantemente sobre lo que quiere o lo que le gusta. Me desagrada mucho verlo en los demás a la vez que da imagen de inseguridad, debilidad y un punto de locura e incoherencia.

Debo elegir. Por una maldita vez en la vida, arriesgarse no está mal. Escoger, creer en mi decisión y empezar a luchar por ello, y los trámites que vengan por en medio tendrán algún sentido después de todo. Uno lucha para conseguir algo. ¿Para qué si no iba a batallar? Nadie lucha sin causa, aunque ésta a veces sea infundida y no realmente propia. No voy a venir yo a innovar a estas alturas.

3 comentarios:

  1. Descubrir que es lo que realmente queremos es una pregunta que creo que a todos nos ha rondado como mínimo una vez la cabeza, y me temo que en universitarios es una epidemia que pocos saben curar.

    Tener varios senderos y tener que escoger uno sin duda no es fácil, pero como dices, peor será no escoger y ver que al final te acostumbras a algo en lo que no creías.

    Ánimo con ello, por mi parte te digo que me encuentro en una situación similar, así que a luchar por lo que queremos realmente.
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  2. Tómatelo con calma. Muchas veces la vida se parece demasiado a un videojuego de los de prueba y error. En ocasiones aciertas a la primera y de p.m. pero cuando no lo haces solo queda quitarse el polvo y volver a empezar. Ten en cuenta que tarde o temprano acertarás.

    ResponderEliminar
  3. Me pasa por la cabeza exactamente lo mismo que a ti. Pero la vida no es algo que se dirija de pronto en una dirección. Nosotros tenemos voluntad de querer en la vida algo más que llegar a fin de mes. Y créeme, esa voluntad basta para seguir la dirección adecuada poco a poco, sólo hace falta convertirla en pequeños actos de vez en cuando.

    El hecho de que te preocupes por tener deseos y aspiraciones trascendentes en la vida significa que siempre los tendrás, y los harás realidad. En cuanto a encontrar el camino adecuado, siempre que vayas paso a paso, lenta pero sin detenerte, lo encontrarás. Roger Waters, que ya sabes que para mí es un poeta, siempre dice que cuando llega ese momento y encontramos el camino despejado, tomamos las riendas de nuestra vida. Pero para encontrar ese camino despejado hace falta querer encontrarlo, y vaya si nosotros queremos.

    ResponderEliminar