viernes, 21 de diciembre de 2012

Berlín.


Es invierno y tiemblo.
No sé si estarás pensando lo mismo que yo.
Te miro, sin mirarte, puesto que no te tengo delante
y te imagino tumbado, acaso durmiendo.

Quiero soñar junto a ti,
pero tienes un muro que a veces no me deja.
Berlín dividida es nuestra cama esta noche.
Reprimo un abrazo, me tumbo
de espaldas a tu espalda
y me abrazo yo sola.

Qué difícil es comprender que yo,
o todo o nada.
Y que cuando yo todo, tú poco.
Tú siempre poco, otras veces todo y nada.
Me da por buscarte con los pies
para después huír sobresaltada.

El problema es que nunca sé
si no quieres mirarme
o es que acaso duermes.
Y si duermes, ¿por qué no sueñas?
¿Por qué no me miras? Juntemos Berlín
para que vuelvas a acostumbrarme
a que pensemos lo mismo.
Entonces tú todo, y yo más, eso siempre.

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