domingo, 7 de septiembre de 2008

Oscura condena - Los lamentos del vampiro (I)

31-12-06


Amargos versos inundan mi mente
de pensamientos oscuros.
¿Por qué decidiste que tenía que ser yo tu sierva?
¿Acaso no hay millones de humanos más,
dispuestos a seguirte mejor que yo?


¿Por qué yo?
Ser de la oscuridad, principe de las tinieblas:
¡Libérame!


¿Por qué decidiste que debía ser yo
la que se engendrara en tu sucesora?
¿Por qué, si tu reinado es infinito?
Libérame de esta maldición que pesa sobre mí.
¡Resucítame a la vida!


¿Por qué yo?
Ser de la oscuridad, príncipe de las tinieblas:
¡Libérame!


Imposible... ya no hay vuelta atrás.
En vano suplico plegarias e imploro salvación.
Poseedor de mi alma, no me condenes,
pues he de seguirte ahora.
Dichosa me siento de haber recibido tu don oscuro.

Dolor no puedo sentir, ni luz puedo ver.
Enterrada en un manto de lágrimas de soledad
me encuentro, al saber que mi corazón
no volverá a palpitar...

Te seguiré. Exclava tuya soy ahora pues.
He aquí tu sierva, hágase de mí lo que desee
Su Infinita Maldad.

Voces fantasmales me torturan
y susurran mi nombre en la oscuridad
hasta hacerme enloquecer, delirar.
Me recuerdan la condena que sufro,
hurgan en la llaga de mi eterna maldición.

Ahora cumpliré tu propósito,
al dios oscuro encomendaré mi destino.
La Luna guiará mi camino hasta encontrarte.
Juntos hemos de reinar en la oscuridad de la noche,
en esposa de las tinieblas me convertiré ahora...

para la eternidad...

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