martes, 1 de noviembre de 2011

Óvile

Ayer, volví a ser invisible
a pesar de un llamativo disfraz.
Ayer, volví a huir sin dar explicaciones.
Sin que nadie lo notara.
Me fui andando,
escuchando los gritos de dolor de mis pies.
Pero yo seguí caminando.
No tenía miedo
y no necesitaba a nadie.
Yo podía volver sola a casa,
los cuentos de lobos y caperucitas
sólo son para niños miedosos.


No pasa nada.


El mundo exterior no existe
sólo estoy yo, y yo otra vez,
y esa otra yo a la que no soporto.
Pero durante el camino se alivió la carga.
Música, recuerdos, conversación.
Y un abrigo para no pasar frío.
El camino se hace más corto
ahora que parece que no estoy sola.


Pienso,
pienso a la vez que escucho,
a la vez que siento y recuerdo
con sus palabras de oportunidades perdidas
y 3 años de tiempo malgastado.
Siento,
cosas que no tienen nombre:
una conexión fugaz,
una distancia enorme...
No hay nadie en la burbuja donde duermo,
sino simples espectadores fuera.


Las luces de la ciudad dormida
quedan ya tan lejos,
envueltas en suave neblina onírica.
El universo colapsa en un instante,
y tengo necesidad de reordenarlo todo
de hacer limpieza general.
Cada cosa en su sitio;
tú sí... pero tú no.
Y te quiero fuera ahora.


Y al día siguiente darte cuenta
de que todo está mal...
Y tiene narices
que hayas tenido que darte cuenta
volviendo a casa,
hablando con un desconocido,
a las 5 de la mañana.


Quizás una fuerza extraña que parece cuidar de mi me envió una señal para hacerme reflexionar...
Y mientras tanto, me invento palabras que no existen para sensaciones que no entiendo.

Óvile.


Would anyone hear me screaming behind these castle walls?
There's no one here at all
Behind these castle walls

2 comentarios:

  1. El caso es seguir caminando, a veces con desconocidos, a veces solos... pero seguir caminando.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo, hay que avanzar siempre por el camino, con la mirada puesta en el horizonte. Gracias por pasarte y comentar!

    ResponderEliminar