Nos destapamos porque hace algo de calor
y el silencio revolotea, visible.
El tacto se aparece como un fluído
y a la vez como una prueba de mímica.
Observo las nubes de algodón volátil
en el cielo azul, sin mirar hacia arriba.
¡Cómo me tiraría por tus ventanas!
Y esta sonrisa que no se que me quita
es porque cada vez que muero un poquito
me siento aún más viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario