Caricaturización ilustrativa |
He leído libros, claro, y por cada uno que leo se añaden lo menos 5 a la lista de pendientes. Para los que tengan un poco de idea de cómo van las exponenciales, sólo decirles que el año pasado me leí 20 libros. Haceros las cuentas si queréis. El tema es que me quedan infinidad de libros por leer, y todos los que apunto en la lista de pendientes e incluso los que descarto, han pasado por mi filtro. Esto consiste en que conozco su título, el nombre del autor, su época a grosso modo, sinopsis bastante simple, repercusión histórico-social, algún dato del autor si es relevante y anécdota si también lo es. Vamos, toda una ficha mental de culturilla básica lectora.
No es de extrañar entonces que cuando en alguna circunstancia se hace alusión a un libro o autor que conozco, me ponga a aportar la información de mi ficha, bien con el entusiasmo de que sea ese libro de mi lista que ansío leer, bien con la dejadez de ese otro libro que he descartado y que creo que no merece la pena. A los ojos de los demás esto es de sabionda, gafapasta o pedante. Para nada. Para los que me conozcáis más o menos bien, ya sabréis la emoción que pongo al hablar de algunas cosas. No puedo evitarlo: gesticulo en exceso, elevo mi tono de voz, suspiro y hasta a veces salto. Hasta que acabo esa conversación y me relajo.
Me doy cuenta de que no sé exactamente si el gafapastismo es eso o qué es. Es un término confuso y definido con una línea imaginaria. No intento en ningún momento ser prepotente ni hacer a alguien sentir mal por no saber ciertas cosas, aunque lo exprese tal que así: "¡Oh dios mío! ¿Cómo puedes no saber quién es Edgar Allan Poe y vivir tranquilo?". Vale, puede quedar un poco agresivo, pero no es la intención. Sólo doy información que para mí es relevante. Si eso es ser gafapasta, pues adelante, entonces lo soy.
Ea, estas serían mis pintas con gafas de pasta de estas modernuelas. |
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