Tramo I
Quiero escribir el sordo poema
que complejo juegue en el devaneo,
en la quieta incertidumbre,
y en la mano oscura del dolor.
Quiero escribir en memorias infinitas,
sobre el hombre que camina y olvida;
sobre el misterio, que vecino se aproxima
y sobre la rota existencia humana.
Pero necesito un tiempo extenso
donde albergar las palabras,
para componer un triste verso desnudo
y para no morir, terminando un poema.
Quiero escribir el sordo poema
que trémulo tiemble,
como las azules antorchas
de la senil y amarga sabiduría.
Tramo II
Creemos devenir
en un amanecer remoto
surcando los confines
de nuestras pausas.
Creemos sobrevivir,
delimitando las adyacencias
y las incongruencias
de nuestra extraña malsanidad.
Callados y espantados
sembramos soledades en los vientos.
Es el mito del hombre,
que no halla guarida para su niño
y espanta amores en la vejez.
Es el hombre eternamente solo
en su finitud monocromática,
destruyendo con su prestigiosa ignorancia
el último beso del reencuentro.
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