Sin duda lo peor de las navidades eran los encuentros aparentemente afables con familiares que durante el resto del año ni se dignaban a dar señales de vida pero que oye, cuánto nos queremos y qué familia más unida tenemos. Apariencias, para exportar. Y en esas me encontraba ahora, riéndome de un chiste sin gracia que no estaba escuchando del tío abuelo que tiene ochenta años y desvaría.
“Yo todo bien, la carrera ahí va, sólo me queda un año para terminar. No, en farmacia no estudiamos cinco años para ser sólo simples dependientes”. A ver cómo hacías entrar en razón a aquellos tozudos que por las veces que los has visto podrían perfectamente ser algún vecino del barrio con el que te has cruzado varias veces. Cuánta falsedad. ¿Qué están contando ahora sobre su hijo? Ya empiezan los cotilleos, esto va a alargarse. ¿Por qué, mundo cruel? Sinceramente su divorcio me importa un mejillón en escabeche... Pero yo asiento, y cojo un polvorón, que comer calma la ansiedad.Que conste que me quedo por si caen algunos cochinos euros, que no está la cosa como para sacrificar el aguinaldo. No me miréis así, no es por ser frívola pero me lo merezco, lo juro. Al fin y al cabo a la familia no la podemos elegir, hay que apechugar con la que nos viene de serie cuando venimos al mundo. Ay de nosotros tan inocentes y tan recién nacidos que no sabemos la que se nos viene encima...“Sí, sí, tienes razón tío, no hay trabajo porque los inmigrantes y las mujeres los queremos acaparar. Por supuesto”. Si lo sé, nazco huérfana.
FELICES FIESTAS A TODOS. Aguantad las formalidades como podáis pero descansad. Y para los estudiantes... empezad al lío que ya veréis la que os va a caer encima este enero-febrero con los exámenes ;)